Lo que quería decir
es que tú eres la única cosa
que conservo intacta a pesar del tiempo;
que mientras anduve por el campo recogiendo flores
tú creciste alta como los cedros,
que contigo hallé refugio en el verano,
lo mismo que en invierno,
y que me diste cobijo con tu sombra
cuando quemó mi piel todo el ardor del cielo.
Lo que quería decir
es que tu amor es la roca que no batirán las olas
y el árbol que no derribarán los vientos,
que es insensato perseguir estrellas fugaces
cuando tengo a mi lado un hermoso lucero;
que en tus ojos encuentro la paz
que encuentra el cristiano que ingresa en su templo;
que este capitán protesta
de que su nave nunca haya tocado puerto
y que si no te opones encallaré en tu alma
y viviré contigo hasta que llegue a viejo.
Lo que quería decir
es que me das certeza en este mundo incierto,
que me das el rumbo cuando pierdo el norte,
que calmas la sed del corazón desierto
y que quizá no lo entendí tan pronto,
pero te juro que por fin lo entiendo.
Yo quería decirte tantas cosas,
pero me quedé absorto mirándote en silencio…
y se llegó la hora de marcharse…
y otra vez no pude decirte que te quiero.