Si un día te cansas

Si un día, harta del mundo y su insólito vaivén,

Te cansas de esperar a que la vida te devuelva

Como el perro a su hogar y el gorrión a su selva

El tiempo que invertiste vanamente, ¡ven!

Si sientes la intriga de sentarte a mi lado

A contemplar en silencio solemne el triste ocaso,

Yo te daré a beber el néctar que en su vaso

El sol sirve al poeta que aún no lo ha escanciado.

Te enseño el firmamento si me tomas de las manos

Y cómo hacer veleros con las hojas de papel

Y aviones sin motor y aves en tropel

Y así caminaremos hacia el mundo que dejamos

Morir con nuestra infancia por ir tras la vejez.

El mundo en que bastaba con perseguir estrellas,

La meta eran los astros coronados de centellas

Y andábamos contentos con nuestra desnudez.

Si quieres puedo hablarte también del casto amor

Que enciende ruborosas las cálidas mejillas

Y cómo nuestros hijos saldrán de mis costillas

Y me dirás muy trémula que excedo de pudor.

Haremos reverencia a la hierba que el rocío

Salpica con el alba y el concierto de algún grillo

Será tu serenata, y como obsequio muy sencillo,

las ranas han de darte un gran lirio en nombre mío.

Si un día el universo te parece una ecuación

Y te dicen que los besos son reacciones hormonales

O que son a lo mejor solemnidades contractuales

Ven aquí que yo te ofrezco una nueva explicación.

No serás más una pieza como todas las demás

Que se incrusta al engranaje de un gigante colosal

Ni serás otro ladrillo en la pirámide social

Ni partícula, ni polvo, ni compuesto. No serás

Lo que quiera otro que seas, mientras tengas voluntad.

Yo te ayudo a recordar cuán hermoso era aquél mundo

De respuestas tan escaso y de dudas tan fecundo

Y te diré cómo la ciencia nos hinchó de vanidad.

Cómo hoy con petulancia nos parece muy “corriente”

Un crepúsculo, un eclipse, un relámpago, la muerte,

Yo te ayudo, por ejemplo, a que goces de la suerte

De pararte ante la lluvia y encararla con la frente.

O meter con extrañeza tu cabeza en una fuente

Como un acto subversivo a volverte indiferente

Y aspirar la libertad de gozar de lo evidente,

Y amar lo que desdeña con soberbia nuestra gente.

Y si un día te cansaras de vestir prendas hermosas

Que se ajustan a la moda y la etiqueta, y con buen celo

Te maquillas diariamente, pero sufres con recelo

Que buscar quien te corteje te equipara con las cosas,

Ven conmigo por las tardes a encontrarte con tu esencia

Lavaremos tus heridas en las aguas del Parnaso

Y emprendiendo nuestra fuga en el lomo de Pegaso

Iremos a buscar el caro don de la inocencia.